Trotamundear es
mágico pero algunas veces un centro de operaciones es necesario.
Contorsionismo - Vietnam Foto: AAD viajar X mundo |
Después del
trotamundeo por el Delta del Mekong decidimos aterrizar en Saigón y desde aquí,
a la espera del Tet – año nuevo chino – nos sumergimos en los tuneles de Cuchi.
Solo de camino a la
estación ya nos encontramos con el primer llamado de atención del día. Justo
sentada del otro lado del pasillo del primer bus, estaba anciana campesina que ni bien se acomodó en la silla se descalzó y se enredó en el asiento con una agilidad impensable para su edad. (ver foto)
Compartimos bus
desde el principio con una parejita internacional (ella francesa, él
australiano) que estaban en pánico escénico al verse rodeados de “locales” en
un bus público. Cada cinco minutos nos hacían alguna pregunta. Si sabíamos a
dónde se detenía el bus, cuánto costaba el ticket, cuánto duraba el trayecto,
si era posible llegar a los túneles de cuchi.
Por supuesto que no teníamos
respuesta ni para la mitad de las preguntas, ya que era la primera vez que
íbamos a los túneles - igual que ellos - , pero después de amanzar el Delta del Mekong montados en
transporte publico, llegar a los Túneles de Cuchi era una misión sencilla.
Tomamos las riendas del grupo y los tranquilizamos prometiéndoles que los
depositaríamos en la entrada del túnel.
Llegamos a la estación de Cuchi y fuimos casi teletransportados al
siguiente bus que nos acercaba a los Túneles. Finalmente llegamos a los
túneles, pero no depositamos a nuestros compañeritos de grupo a la entrada del
túnel, los acompañamos un poco más.
Escapismo - Vietnam Foto: AAD viajar X mundo |
Obsesión floral - Vietnam Foto: AAD viajar X mundo |
Paso seguido nos
mostraron una trampilla de 30cm por 60cm por donde se accedía a otros tuneles
(ver foto). Por supuesto que el guía intento disuadirnos de entrar, ¿pero cómo
evitar un SI? A base de contorsionismo y presión logré entrar y se hizo de
noche, el túnel era tan estrecho, tan claustrofóbico. Pensar que vivieron en
estas condiciones para proteger sus vidas, fue conmovedor.
Terminadas nuestras
aventuras subterráneas regresamos a la big city – Saigón – y nos esperaba un
jardín gigante de orquídeas que se prepara cada año para recibir el Tet. Familias,
grupo de amigos, parejas… todo Vietnam transita entre preciosas orquídeas en
busca de la foto de la felicidad que los acompañará todo el año en el living de
sus casas. (ver foto)
Cerramos el día con
una enorme copa de helado, había que refrescar el cuerpito para recibir el
último día del año nuevo en condiciones.
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